Entonces comprendí… cuando el dolor estremeció mis entrañas.
Comprendí que todo lo que no dices, todo lo que reprimes, todo lo cargas y ni siquiera es tuyo… te va matando de a poco.
Va agotando tu energía, oscureciendo tus días, borrando tu sonrisa…
Comprendí que el momento de decir las cosas es ahora y no cuando ya no doy más, comprendí que mi tiempo, mis sueños, mis errores y aciertos, mis tristezas y alegrías, mis palabras o silencios no pueden cambiar otras vidas si los otros no lo permiten.
Que puedo hacerme responsable de mis errores o de los que pueden haber causado dolor en el otro, pero no puedo hacerme responsable toda la vida por sus frustraciones malas decisiones.. son suyas no mías.. que es más fácil cargar mi espalda?? Claro que sí.. . pero no es lo correcto.
Comprendí que soy como soy, no como los demás pretenden que sea según su conveniencia.
Que mis distancias son las mismas que las suyas.
Que si trato de acercarme y no me dejan no es mi responsabilidad.
Que lo que hago lo hago de corazón no esperando que lo retribuyan.
Que un mensaje, un hola, no altera la vida de nadie y a veces ilumina la de muchos.
Comprendí que lo que no nace del corazón se nota cuando lo hacen.
Comprendí sin entender.. cómo por extraños se desviven y por quien siempre está no hay tiempo ni ganas ni amor.
Y hoy me saco las mochilas,las culpas,los reproches…
Hoy decido perdonarme,si me equivoqué fue sin intención de hacer daño y lo único que se podía hacer en ese momento.
Hoy decido perdonarme porque es momento de seguir adelante sin mochilas ni mi espalda cargada, me perdono por lo que no di, por lo que no supe cómo hacer, por lo que hice y por lo que no… porque es mi perdón el que necesito, porque es mi vida y mi responsabilidad perdonarme…
Comprendí que la vida son dos segundos y no es mi misión cumplir las expectativas de nadie… mi misión es sanar y despertar…

Adriana Maite.

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