Cómo Ayudar A Quien No Quiere Ser Ayudado
Ver como sufre alguien a quien amamos sin poderle ayudar, es realmente un tema fuerte. Observar a tu ser querido pasando por una situación abrumadora de la cual no sabe cómo salir y que no encontremos la manera de sacarlo de allí, genera indiscutiblemente un fuerte sentimiento de frustración y ansiedad.
Generalmente se considera poco conveniente “intentar ayudar” a una persona con un conflicto particular, a menos que ésta persona esté dispuesta a recibir tu ayuda. No obstante, hay algo que sí podemos hacer, y es hacerle sentir que estamos a su lado, que puede contar con nuestra empatía y nuestro amor incondicional.
Para lograr esto, debemos ser muy cautelosos, y evitar imponer nuestro punto de vista, o ponernos algo “fastidiosos”. Debemos dejarlos vivir su proceso y aprender de la situación, aunque nos duela verlos sufrir. Actuar con inteligencia es la clave.
Aprende a ayudar a una persona que no desea ser ayudada:
El ser humano, cuando está atravesando por un conflicto fuerte, generalmente se encuentra agobiado por el dolor, hundido profundamente en su propia pena. Tanto así, que tiende a plegarse y encerrarse en su propio mundo doloroso, sin querer salir de ahí.
Los consejos o los “deberías” que le podemos dar en esos momentos, están fuera de todo contexto. Son inoportunos, casi impertinentes, y siempre se perciben en el inconsciente del afectado como una agresión. Algo así como ¿quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer?
La identificación que éstas personas tienen con su conflicto, se relaciona con su “yo” físico-mental-emocional (Su ego), y es tan fuerte y abrumador que no logran ver más allá de su nube negra.
Generalmente, las personas que se agobian demasiado con cualquier conflicto, sea grande o pequeño, tienen una poco desarrollada fortaleza espiritual, una autoestima comprometida y gran falta de confianza tanto en sí mismas como en el proceso de vida.
Cuando alguien no se quiere lo suficiente y no tiene el conocimiento de las leyes universales y la convicción de que todos los procesos negativos son necesarios, resulta muy difícil ayudarle.
Es un ser totalmente cerrado en sí mismo, que disfruta regodearse en su propio dolor, y generalmente necesita alimentarse de más sufrimiento y dolor. Es como un perro que se muerde la cola.
Resulta complicado salir de ese círculo vicioso, pero existe una manera de poder ayudarle:
Este ser que sufre, lo que realmente necesita es amor, ser amado, reconocido como alguien valioso y digno de respeto, debido a que el desconocimiento de su verdadera esencia de luz y su pobre autoestima, generan esas situaciones que lo mantienen en sufrimiento.
Sin embargo, jamás se te ocurra decirle que tiene baja autoestima, que debe salir de ese hueco, que se está haciendo daño inconscientemente… porque te lo ganarás como enemigo, ya que no comprende lo que dices, y se puede encerrarse más aún en su propio dolor y alejarse de ti.
Pasos para ayudar a quien no se deja:
1.- Pregúntale si desea ayuda. Si te dice que NO, no insistas más. Respeta su proceso, pero sabrás que eso no se queda ahí, y debes actuar sutilmente.
2.- En primera instancia, confía en ti, y ten la certeza de que tu actitud será determinante a la hora de ayudar a esa persona. Una apropiada energía y vibración hará lo que las palabras no pueden.
3.- Procura ser siempre muy respetuoso con él o ella, y háblale dulcemente, con cariño y sin acusaciones. Pero no demuestres lástima.
4.- Nunca vayas a sacar el tema de que ella o él se encuentra mal, o que requiere ayuda, que la compadeces, etc… Es decir, nunca hables sobre sus temas negativos.
5.- Cada vez que estemos con esa persona que queremos ayudar, procuremos simplemente mantenernos en silencio, haciéndole sentir nuestro estado de presencia, de empatía, de no-mente. Él o ella simplemente necesitan esa paz y calma que se percibe con nuestra sola presencia.
6.- Al pasar cierto tiempo, esa persona agradecerá la paz y la calma que se genera cuando estás junto a ella, y eso le provocará una favorable confianza, con la cual se irá abriendo de corazón cada día más.
7.- Es muy importante que nosotros sigamos manteniéndonos en absoluto silencio, en un estado de real presencia. Si hemos de decirle algo, que siempre sea con mucha amabilidad y respeto… Tu amor es sanador.
La empatía que sana:
Tal vez esa persona que tanto deseas ayudar, le tome algún tiempo abrir su corazón y confiar plenamente en nosotros, pero esto va a depender de cuanto estemos dispuestos a escucharla.
En la siguiente fase donde te toca “escuchar”, debes estar muy preparado para sufrir el embate, ya que tu ser querido sacará todo su dolor con palabras, gestos y acciones. Todo esto lo puede sacar afuera en forma de ira, echándote la culpa de sus penas, o tal vez lo manifieste en forma de “orgullo negativo”.
Llegarán los momentos en que te sientas acusado, atacado, víctima de gritos y maltratos, pero estarás consciente de que el que está hablando no es la persona, sino su dolor. Sabrás que no es ella la que habla sino su propio miedo, por lo que deberás mantenerte fuerte en tu “estado de presencia” y seguir escuchando.
Eventualmente más adelante, la persona se dará cuenta de que ha sido maltratadora de sí misma en cierto sentido, y agradecerá enormemente tu presencia, ya sin reproches ni rencores.
Un proceso de sanación generalmente lleva su tiempo, y requiere de una fuerte “presencia”, ya que lo que está sanando a la otra persona es tu energía positiva, tu alta vibración, la luz que emana paz interior, y amor incondicional.
Necesariamente deberás ser muy fuerte para no dejarte arrastrar por el dolor de la otra persona, ya que su baja energía va a tender a empujarte a su nivel…así que permanece consciente de lo que sucede, en estado de alerta, y siempre presente.
Se requiere un gran grado de amor incondicional para sostener nuestra energía sanadora por el tiempo necesario, hasta lograr obtener resultados satisfactorios.
Esta experiencia es un gran aprendizaje positivo para ambas personas, ya que logra poner a prueba la fortaleza espiritual y ayuda a lograr estados superiores de consciencia.
Aprende a expandir tu consciencia para ver cambios favorables en tu vida