¿No te cansas, por momentos, del juego que estás jugando,
y de sentir que en la vida hay más espinas que rosas,
y percibir como si “algo” te estuviera refrenando,
pero lo aceptas pues crees, que “así es como son las cosas”?

¿Y si ese “estado de cosas” que logra que te limites,
es solamente un programa que tienes que formatear,
y está en tu línea de tiempo porque tú se lo permites,
y eres tú quien lo sostiene bien anclado en su lugar?

¿Y si le dices que NO a ese “software” gris del ego,
y te rehúsas así a “seguir participando”,
y con ello desactivas las reglas del viejo juego,
porque eres tú quien decide…, y tu Intención está al mando?

¿Y si te miras entonces como un Ser Empoderado
que elige por qué carriles la transita a su existencia,
y que puede transportarse hacia un fotónico estado
para incrementarlo al ancho de su “banda de frecuencia”?

¿Y si al hacerlo sucede que tu programa se altera
porque a otra línea de tiempo saltas instantáneamente,
y en ese preciso instante reinicias tu vida entera,
y otro juego es el que empieza a ejecutarse en tu mente?

¿Y si en este Juego Nuevo te sales del personaje,
y te ríes de este mundo y toda su seriedad,
y sueltas todos los roles que acartonaban tu viaje,
y te tomas de la mano de la espontaneidad?

¿Y si al quedarte sonriendo, sin contarte más historias,
dejas llegar lo que llegue en total aceptación,
y sabiendo de su frágil naturaleza ilusoria,
miras como pasa todo sin que te cause aflicción?

¿Y si entonces nada te ata ni te provoca recelo,
ni te aprisiona en lo denso, porque a nada das poder,
y el gozo alumbra en tu rostro como una estrella en el cielo,
esa misma que en tus ojos ya empieza a resplandecer?

¿Y si comprendes de pronto que tú con tu pensamiento
eres quien siempre da forma a tu estado de conciencia,
y que puedes, si lo quieres, en cada sitio y momento
ponerle luz a las cosas y hermosear cada experiencia?

¿Y si este Juego Flamante de ser feliz sin motivo,
y estar todo el tiempo alegre solamente con pensarlo,
te resulta tan gozoso y te hace sentir tan vivo,
que decides, complacido…, toda la vida jugarlo…?

Jorge Oyhanarte