Bendice a otros y tu vida será “bendecida”

Bendice a otros y tu vida será “bendecida”

Cuenta la leyenda que una vez un hombre rico le entregó una canasta con basura a un hombre pobre, el hombre pobre sonrió y corrió con la canasta, la vació, la lavó, la llenó de flores y se la dio de regreso, el hombre rico se asombró y le preguntó: ¿Por qué me ha dado flores, si yo le di basura? El hombre pobre le dijo: Porque cada uno da lo que tiene en el corazón.

Todos tenemos corazón y albergamos en nuestro interior sentimientos buenos, de amor y paz, pero pocas veces somos conscientes que esa capacidad puede crecer y desarrollarse conforme la ejerzamos. Si somos conscientes de que tenemos la capacidad para generar bendiciones y abundancia, nos convertimos en generadores activos de ellas. La palabra “Bendición”, viene del latín clásico del verbo “benedicere” que significa “hablar bien” de una persona o cosa, alabar, enaltecer, y en sí la benevolencia al desear a otro salud, vida, felicidad y fortuna. Bendecir significa desear y querer el bien ilimitado para los demás y los sucesos en su vida. Generalmente lo atribuimos a un término religioso pero desconocemos el poder sagrado que conlleva. Bendecir, significa también invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo y también pedir la felicidad para que venga.

Es tan importante entender que al bendecir generamos energía y pensamientos llenos de luz, y lo atraemos a nosotros de la misma manera. Esa bendición que enviamos, se regresará a nosotros de otro modo. Cuando supe de la importancia de bendecir, comencé a aprovechar cada oportunidad de bendición. Al dejar a mi hijo en el colegio, le doy la bendición y bendigo su colegio con una señal de la cruz. De esa forma pido a Dios que bendiga a todos los alumnos y el colegio cómo instrumento. Si todos fuéramos conscientes de emitir pensamientos cargados de bendición, podríamos emanar una conciencia más llena de luz traducida en paz y armonía.  Al despertar, bendice tu día, tus acciones y tus seres queridos. Ellos se verán rodeados de esa bendición. Al pasar por la calle, bendice a la gente que mires o tus lugares de trabajo, tu bendición acompañará a los demás en su camino.  Cuando te encuentres con alguien y hable con ellos, bendice su salud, su trabajo, relaciones con Dios, consigo mismo y con los demás.

Bendícelos en su abundancia, para que su vida florezca, estas flores llenarán de dicha también tu propia vida.  Bendice tu ciudad y el lugar dónde vives, la naturaleza y el aire que respiras, pues sin él dejarías de existir.  Bendice todo lo que entra a tu cuerpo o comes, bendice a las personas que prepararon o cultivaron tus alimentos.  Cuando alguien te agreda, respóndele con una bendición silenciosa. Recuerda que tu al responder con bendiciones generas un escudo de protección. Bendecir significa desear el bien en todas sus formas. Piensa, crea y genera el bien en pensamientos y actitudes. Al bendecir invocas la protección divina, y piensas y hablas desde el amor y el agradecimiento. Al bendecir DAS y reconoces la belleza universal.

Bendice las lecciones y elimina el juicio, de esa forma brindarás paz y alegría a tu alrededor. Comienza aplicando estas formas de bendición, y verás la manera en la que tu vida será transformada en cosas buenas, es decir: Bendiciones.

“¿Por qué bendecir? Al bendecir se crea un escudo de luz, de protección divina sobre la persona a la que estamos bendiciendo. Es la conexión divina. De allí la importancia de bendecir siempre con amor. Bendice tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos, todo lo que haces, tu dinero sea mucho o poco. Detente un segundo y bendice a la persona que está cerca de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y verás que hay un ligero cambio en su rostro”

Bendice a otros y tu vida será “bendecida”.

Marijose César

Vía: Vanguardia

 

Pablo

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